Treno para el Hombre Urbano

Despunta la aurora,
ya es de mañana
y cantan los pájaros
su dulce tonada;
y ya es de mañana.
De pie y vestido
se sienta al teléfono,
vista a la pantalla,
come su rutina
amarga de actualidad.

Llega el mediodía,
ya es el descanso,
y callan los pájaros
su ausente tonada;
y ya es mediodía.
De pie y vestido
mira la pantalla,
la vista al teléfono,
traga su rutina
corrupta de realidad.

Y cae la tarde,
ya todo termina.
Se esconden los pájaros,
tonada prohibida.
Y cae la tarde.
Cansado y vestido
mira la pantalla,
observa las horas,
siente las ausencias,
vomita rutina
cruda de soledad.

Y explota la noche,
lo que antes fue día,
y mueren los pájaros
en negra tonada.
Y muere en la noche
yaciendo desnudo.
Llora la pantalla,
se calla el teléfono,
ya todo termina.
 Y esperando el alba
él sueña rutina
teñida de libertad.

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